La rapidez con la que están actuando las instituciones de la UE tanto en el Brexit como en la respuesta a la pandemia de COVID-19 contrasta con la parsimonia de la que hacen gala Madrid y Londres en la cuestión de Gibraltar sobre la que más de 100 mil ciudadanos esperan atentamente que se produzca un acuerdo entre ambos gobiernos y antes del 1 de enero sin que, aparentemente, haber sacado la negociación sobre la relación futura de Gibraltar con la Unión Europea del marco general de la negociación UE-RU esté sirviendo hasta el día de hoy para agilizar el proceso. El proyecto de ley del gobierno británico para ratificar el acuerdo alcanzado con la UE sobre la relación futura distingue a Gibraltar en esta mísma línea.
El alcalde de La Línea de la Concepción, la ciudad europea más expuesta junto con la de Gibraltar a las adversidades del Brexit, Juan Franco, y los portavoces de los distintos partidos políticos con representación en la Corporación Municipal han firmado una declaración institucional solicitando a los gobiernos de España y el Reino Unido que garanticen a todos los efectos la fluidez del tránsito general, no sólo para los trabajadores transfronterizos, entre Gibraltar y La Línea.
La Comisión Europea ha presentado un proyecto de Reglamento para la creación de una Reserva de Ajuste al Brexit dotada con cinco mil millones de euros para ayudar a contrarrestar las consecuencias económicas y sociales adversas provocadas por la retirada del Reino Unido de la Unión Europea en los Estados miembros y en los sectores más afectados.
La Reserva servirá para apoyar y ayudar a las distintas administraciones, servicios, sectores y entidades afectadas: empresas; empleo; regiones; comunidades locales, particularmente las que dependen de las actividades pesqueras en aguas británicas; el correcto funcionamiento de los controles fronterizos, aduaneros, sanitarios y fitosanitarios y para garantizar servicios esenciales a los ciudadanos y empresas perjudicados.
La adaptación estructural a la nueva relación con el Reino Unido requerirá un ajuste a largo plazo mucho mayor de lo que esta reserva por sí sola jamás podrá proporcionar, el nuevo y poderoso presupuesto de la UE apoyará ese cometido, recordaban los Comisarios Hahn y Ferreira subrayando que el objetivo de este nuevo instrumento financiero especial es brindar una ayuda rápida y sin complicaciones a los más afectados por el Brexit. Se trata de solidaridad y cohesión europeas como elementos clave en la respuesta de la Comisión, añadían.
© Unión Europea 2020
La Reserva de Ajuste al Brexit será rápida y flexible, y cubrirá los gastos en cualquier Estado miembro durante un período de 30 meses. Se distribuirá en dos fases: en la primera, la mayor parte de los 5000 millones de euros se repartirán durante el 2021 a través de prefinanciación calculada sobre la base del impacto esperado del final del período de transición sobre la economía de cada Estado miembro, teniendo en cuenta el grado relativo de integración económica con el Reino Unido, incluido el comercio de bienes y servicios y las repercusiones negativas en el sector pesquero de la UE; la segunda fase incluirá un tramo más pequeño de ayuda adicional en 2024 en caso de que el gasto real supere la asignación inicial requiriendo por lo tanto un extra de solidaridad adicional de la Unión.
Para optar a la ayuda los Estados miembros tendrán que demostrar la relación directa entre el Brexit y las medidas paliativas que se presenten siguiendo el sistema habitual de control y gestión financiera de los fondos UE.
La retirada del Reino Unido de la Unión Europea tras varias décadas de integración legal y económica, por su propia naturaleza, provocará fricciones en el comercio bilateral de bienes, servicios y capitales, dificultades en la movilidad de los ciudadanos y trabas en los intercambios transfronterizos que no han existido, en ambas direcciones, durante décadas. Sólo los mayores de 47 años podrán recordar la situación precedente, los menores de esa edad tendrían que leerlo o escucharlo de quien lo vivió.
La Comisión Europea ha estado trabajando con los Estados miembros y sus administraciones, preparando planes de contingencia, para amortiguar los efectos adversos, de gran alcance, que puedan producirse en este nuevo escenario geopolítico de menor estabilidad vecinal, periférica, y facilitar una adaptación, en este caso inversa, a la que se produce cuando un nuevo Estado ingresa en la Unión.
La iniciativa Reserva de Ajuste al Brexit responde a las directrices formuladas por los Jefes de estado y de Gobierno en el Consejo Europeo para contrarrestar las consecuencias imprevistas y adversas en los Estados miembros y los sectores más afectados por el Brexit por lo que la Comisión espera que el Consejo de la UE y el Parlamento Europeo faciliten la adopción y materialización rápida del proyecto de Reglamento en forma de apoyo financiero concreto.